Monday, 21 February 2011

Jesús María Soto y el Cirio de Oro

Pedro su papa, vendió su pequeña finca llamada  Kajima, que quedaba a hora y media a caballo del pueblo de    Uraca, al pie de la montana,  en las adyacencia a Choroni, Estado Aragua.  La pequeña finca era un poco ladeada e irregular, con muchas piedras,  pero buena para la siembra de caraota, yuca, cambures,  maíz y algo de café y cacao.  Era una finca productiva, que daba suficiente para una vida cómoda a nivel campesino.  El dinero producto de la venta de la finca se lo dio a uno de sus hijos, Jesús Maria, porque lo considero el mas responsable. 

Pedro, Jesús Maria, su mama Petronila, sus hermanas Tomasa y Crucita, que para la fecha ya tenía 2 hijos con su cuñado Alejandro se fueron todos a Caracas. 
Con el anuncio de la pronta llegada del tercer hijo de Jesús María, toma la decisión de no demorar más la partida  hacia la gran capital.  Vendió el conuco, en 40 reales. Suficiente para pagar las cuatro mulas, algunos víveres y tomar rumbo con toda la familia hacia la gran ciudad.  El viaje se hizo en dos etapas, la primera en mula hasta Maracay y después tomaron un bus para Caracas.  Eran los años de 1928. 
En la gran Caracas, con el dinero de la venta de la finca Jesús Maria compro dos casas, una para el y otra para su papa y su mama Petrolina.  Y Petronila metió en su casa a su prole, sus hijas, sus nietos y al marido de Crucita que era Alejandro (quien era mi abuelo). 

Jesús María, ubico un puesto en un mercado cerca de la casa de  Bolívar. Municipal donde vendia  verduras.  A los meses ya entendía bien todo lo relacionado con el negocio y aunque solo estudió hasta 4to grado, era bueno para las cuentas y las relaciones interpersonales.  En ese tiempo conoció a la que seria su esposa Maria Pinango (Mariita), una mujer de dinero y con el capital que había acumulado Jesús Maria y el dinero de Mariita compraron un abasto con casa incluida y le pusieron el nombre el Cirio de Oro.
Así comienzo hacer su fortuna   la familia Soto, en la gran Capital.
Por los años 40  el Cirio de Oro fue uno de los negocios más prósperos en el rubro de viveres al por mayor, que le permitió a los hijos de Jesús María y a los de Alejandro estudiar en la capital y mejorar su calidad de vida.  Crucita muere prematuramente, dejando 6 hijos pequeños (Cira y Tito, quienes nacieron en Kajima, los demás Sara, Teudis, Lubio, Gerber nacieron en Caracas).

Gracias a la fortuna de Jesus Maria Soto, pudieron superar el atraso de quienes no tuvieron la suerte  de salir a Choroni. 
Si no fuera por Jesús María, los hijos de Alejandro, nunca hubieran salido de las montañas de Uraca.  Todos estudiaron carreras en la Universidad Central de Venezuela y especialidades en el exterior.  Entre ellos Lubio, mi padre.  Quien me cuenta, que los niños con quien jugaba allá en las laderas de Uraca, ninguno logro terminar la primaria, la escuela no quedaba cerca, y no había los medios para ayudarlos.  Todos terminaron en la subsistencia del conuco dentro de la pobreza campecina venezolana.

Así, como Jesús Maria aporto el apoyo economico a los hijos de Crucita, Alejandro le trasmitio a sus hijos el amor al estudio, a los libros, al conocimiento, el mismo Alejandro llego a tener una bibliotica con mas 500 volúmenes de historia y literatura específicamente. 
Alejandro, mi abuelo, no le tenia interés ni al dinero ni a los negocios,  regreso a Uraca, allí vivió 101 años entre el conuco y el café.  Su cuñado fue su gran ejemplo.  El negocio del Cirio de Oro, no sobrevivió a la muerte de Jesús María.

Lenin Cardozo

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