Sunday, 27 March 2016

Taxista en apuros

Llegue al aeropuerto de Rio Hacha, y tal como habíamos convenido me esperaba un taxis que venía desde Maracaibo.   El señor se presentó, se llamaba Fernando, de entrada me pareció bien profesional y a diferencia de casi todos los demás taxistas nada de preguntas ni personales ni de políticas.  En el camino le pregunte como era la situación delictiva entre el paso de  Colombia a Venezuela, más que por buscar conversación era por la preocupación de esa vía tan solitaria.   Me dijo que no había que temer, que más peligroso estaba Maracaibo y me conto que estaba saliendo de una convalecencia recientemente de tres tiros que le dieron dentro de una panadería para robarle el carro.  En los detalles me dijo, que llego en su camioneta y no se percató que lo venían siguiendo, entro a la panadería y dentro de la misma  le llegaron y le apuntaron para que entregaran las llaves.  Involuntariamente corrió dentro de unos de los pasillos y se calló y en el suelo le dispararon unos de los tiros le dio de rebote y los otros fueron en el brazo y en la mano.  Los delincuentes salieron corriendo,  el cómo pudo fue  a su camioneta y le dijo a uno de los que atendían en la panadería que lo acompañaran a la clínica porque no podía manejar y apenas llego a la puerta de la emergencia se desmayó dentro del vehículo.

Despertó tres semanas después, tiempo que estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), los médicos le dijeron que fue un milagro porque nadie sobrevive a tres disparos.   Yo le dije que realmente corrió con mucha suerte y que bueno le deseaba lo mejor en esta nueva vida que ahora tiene, porque definitivamente volvió a nacer.   En ese momento estábamos llegando ya a la frontera y dejamos de conversar para entregarles a los guardias las identificaciones.
Y al arrancar de nuevo me dijo …  pero la mejor parte no le he contado.    
    
Con asombro lo mire y le dije entonces cuénteme hermano.   Me dijo, que aun cuando toda su familia fue enterada, porque en la panadería estaba uno de sus vecinos y vio todo lo que sucedió, en el cuarto a donde lo pasaron al salir de la UCI, no había nadie esperándolo y así paso la primera  semana, luego le llego el hijo mayor con dos maletas y le dijo, aquí te envía mama y te  manda a decir que no regreses a la casa porque allá nadie te quiere y con las mismas las dejo y se fue.   Las enfermeras que lo atendían se reían pero él no entraba aun en razón y desconocía lo que estaba pasando y fue cuando una de ellas se le acercó y le dijo: “esta metidos en serios problemas”.   Y fue cuando le conto, que mientras lo estaban operando una joven lloraba desconsoladamente en las afuera de la sala,  se presentaba como su mujer y en ese mismo lugar estaba su esposa y sus hijos  esperando también el resultado de la  operación.

El cuenta, que también en la panadería estaba un conocido de la joven a quien veía pero muy esporádicamente y que no era para tanto, es decir, para decir que era su mujer, pero bueno son cosas de mujeres y ya no había nada que hacer.  La joven fue la primera en llegar y no se despego hasta que paso el peligro.  Luego llego en la segunda semana y como ya le daban de alta, el le dijo que como no tenía a donde ir que si lo podía dejar llegar a su casa hasta que se recuperara.

Finalmente cuenta, que la joven tenía serios problemas de convivencia y en la segunda semana le dijo que ya no lo quería tenerlo como marido y con las mismas recogió sus maletas y se fue a casa de su mama.   Su esposa a los meses lo perdono y bueno ya lo ocurrido es historia pasada.

Lenin Cardozo

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